La
realización del trabajo de campo, nos ayudó conocer las distintas condiciones
en las que viven los pobladores de Juan Sarabia. A partir de esto, se consideró
indispensable la elaboración de una descripción y análisis etnográfico, para
lograr una comprensión del impacto que tienen en la vida diaria.
Para
entrar a la comunidad, existen únicamente dos combis que dan el servicio: la
#16 y #17. Para viajar desde Chetumal, es necesario trasladarse al paradero que
está enfrente de la biblioteca Rojo Gómez, sobre la Av. Miguel Hidalgo con
esquina Av. Primo de Verdad; y el tiempo del viaje es de aproximadamente 30
minutos. Las combis cuando entran al pueblo conducen por varias calles y van
sonando el claxon, esto lo implementan los choferes como señal de aviso para la
población que está esperando el medio de transporte y va levantando pasaje,
hasta llenarse nuevamente.
Si se
desea ir en otro horario al establecido, se puede viajar en las otras combis
que van a las comunidades cercanas, aunque estas no entran al pueblo, pero si
hacen una parada en el crucero, que se ubica justo enfrente del Tecnológico de
la Zona Maya, sobre la carretera federal #186.
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019,
Juan Sarabia)
Es
importante señalar que existen unas oficinas sobre la carretera federal a unos
50 metros de distancia del Tecnológico, se identifican fácilmente porque en
letras grandes tiene pintado lo siguiente: “EJIDO JUAN SARABIA”. Son oficinas
de las autoridades ejidales, es atendido por una secretaria, quien explicó que
el cambio de comisariado esta próximo, por lo cual las autoridades casi no se
encuentran en las oficinas.
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz
(2019, Juan Sarabia)
Enfocándonos
en el acceso al pueblo, existe una desviación enfrente del Tecnológico, y se
llama “Ramal a Juan Sarabia”. Su recorrido es de aproximadamente 20 minutos
caminando. Varias personas realizan el trayecto en sus vehículos particulares y
otros en motocicleta, pero sin usar casco como medida de seguridad, incluso se
observó que viajaban de 2 a 3 personas en la misma moto. Esta desviación que
conecta al pueblo con la carretera federal, esta pavimentada sin baches y rodeada
por una variedad de vegetación, fue constante la presencia de botellas de
cerveza tiradas por todo el camino. Cuando el clima es lluvioso, quienes
ingresan o salen de Juan Sarabia en vehículo, ayudan a quienes están caminando
sobre la desviación y los llevan hasta el pueblo o al crucero.
También
se observó que únicamente hay un espacio desmontado, el cual es el basurero del
pueblo, que se ubica aproximadamente a la mitad del recorrido de la desviación.
En él se observó principalmente una gran cantidad de botellas de vidrio y
plástico, bolsas de pañales, sillas de plástico, costales y en menor medida
cartón, algunos desperdicios de alimentos y para trasladar la basura a este
sitio, utilizan una camioneta negra. En referencia a esto, algunos pobladores
explicaron que no todos los desechos alimenticios terminan en el basurero,
porque utilizan la mayoría para abonos y las hojas de los arboles las juntan en
sus patios para quemarlas. La quema de hojas, es una actividad normal en el
pueblo, por lo mismo no genera problemas entre vecinos.
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019,
Juan Sarabia)
La
avenida principal del pueblo que lo divide exactamente a la mitad, es la
continuación de “Ramal a Juan Sarabia” y es la única pavimentada, las otras
calles horizontales y verticales son de terracería, en todas ellas fue común
ver botellas de cerveza tiradas. Durante nuestra estancia, nos percatamos que
varias de las calles estaban escarbadas horizontalmente. Preguntando a
pobladores y autoridades, nos informaron que se estaba realizando el cambio de
tuberías de agua, las cuales ya tenían más de 50 años. También, fue común ver
andar libremente entre las calles a diferentes animales: pavos, gallinas,
borregos, caballo y perros; realizando sus necesidades de alimentación y
defecación.
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019,
Juan Sarabia)
Un
elemento importante, que se aprecia a primera vista en Juan Sarabia es la
variedad de construcción de los hogares. Hay casas de concreto, bloques con y
sin barda. Otras son de madera con techo de teja o aluminio. En menor cantidad,
se encuentran las casas de bajareque con techo de huano. Todas en conjunto
poseen una diversidad de colores, dimensiones, formas e incluso, hay de uno a
dos pisos de altura. Es habitual, en las casas de mayor extensión encontrar
mínimo 2 vehículos, entre ellos siempre hay una camioneta. De acuerdo a
testimonio de los habitantes, son generalmente las familias que tienen una
posición económica privilegiada. Asimismo, fue frecuente ver que las bardas de
los hogares, al mismo tiempo, eran utilizados como espacios de anuncios, con
pintura escriben los nombres de los productos o servicios que ofrecen los
habitantes; por ejemplo, venta de alimentos, arreglo de ropa (sastrería), etc.
Aquellos, que tienen enrejado en lugar de barda, recurrieron al uso de
cartulinas o lonas para realizar sus letreros.
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz
(2019, Juan Sarabia)
A
diferencia de Uh May, los habitantes de Juan Sarabia no mantienen sus puertas y
ventanas abiertas, sin embargo, es frecuente escuchar a volumen alto música de
distintos géneros (banda, 80s, danzones y rancheras) y programas de televisión,
siendo estos los indicadores para identificar que había personas en los
hogares. Por otro lado, también se logró distinguir las casas abandonas, están
vacías, presentan deterioros considerables en su infraestructura, como puertas
y ventanas rotas, sus patios están llenos de monte y con basura.
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz
(2019, Juan Sarabia)
De
igual modo, fue constante ver afuera en los patios de las casas: herramientas,
madera, material de construcción como polvo, graba, piedras, cabillas y
cemento. Adicional a ello, maquinaria pesada y de transporte, como tractores,
volquetes y tráileres.
Enfocándonos
en los servicios públicos, la electricidad llega a todos los hogares, pero el
alumbrado público no, porque hay calles que, al caer la noche, quedan
totalmente oscuras. Nos explicaron que en varias ocasiones han solicitado a las
autoridades, que les resuelvan este problema, pero tardan en obtener una
respuesta, generalmente más de cuatro meses. Por lo cual, han decidido varios
de los habitantes, pagar de su propio dinero a alguien para que les repare las
lámparas, siendo el gasto de mínimo 400 pesos. También, nos explicaron que, en
las noches, únicamente salen de sus casas si requieren algún producto de la
tienda o para realizar alguna diligencia urgente, pero lo evitan en su mayoría,
porque se exponen en mayor porcentaje a alguna caída, al ser las calles de
terracería y sin alumbrado, esto sobre todo en temporada de lluvias, cuando se
forman estancamientos de agua.
Con
respecto al servicio de agua, todos los hogares cuentan con él, sin embargo,
varios testimonios nos informaron que lo tienen de manera limita, es decir,
solo unas cuantas horas al día; el motivo por el que ocurre esto, lo desconocen
y aunque han pedido explicaciones al subdelegado no se las ha dado.
La red
telefónica está disponible para toda la población, hay buena recepción para
celulares y en algunas familias cuentan con teléfono de casa y televisión por
cable. Sin embargo, una problemática que expusieron constantemente, fue la
ausencia de un buen servicio de drenaje y alcantarillado, no todos los hogares
cuentan con él y cuando llueve varias calles se inundan o se forman grandes
charcos. Para evitar esto, en su avenida principal realizaron a los costados
perforaciones con cierta profundidad, que permite la filtración del agua hacia
la tierra, para que sea absorbida.
Cuentan
con despachador de agua potable, que se ubica en la calle General Francisco
Villa, en el pueden rellenar sus garrafones. El local tiene una lona en donde
se lee el nombre de “La Rejollada” en letras azul claro, también tiene el
dibujo de dos garrafones destapados expulsando agua a presión con burbujas. En
referencia a su estructura, es un cuarto de cemento, pintado de color amarillo
con un marco a las orillas de lozas pequeñas en azul marino y una puerta
corrediza de vidrio con un marco de aluminio. Generalmente se observa a las
personas, trasladar sus garrafones de agua en carro y motocicleta.
Fotografía de la
Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz (2019, Juan Sarabia)
Existen
tres tiendas comunitarias, las cuales se ubican en puntos estratégicos del
pueblo para que toda la población tenga acceso a ellas. En ellas es frecuente
ver la venta de maíz por kilo o por costal. Los precios de los productos son
por lo general más económicos, comparados con las tiendas de abarrotes. Su construcción es de concreto y siempre se
identifican porque tiene un letrero que dice: “DICONSA. Tienda comunitaria”. Se
localizan en la Av. Juan Sarabia, en la calle Álvaro Obregón con calle Vicente
Guerrero y en frente de la escuela primaria. El transitar de las personas a
estas tiendas es constante, los adultos son quienes recurren a ellas para la
compra de los alimentos de la despensa, pero los niños y niñas adquieren
mayormente dulces, sabritas, jugos, saborines o refrescos. Sobre la Álvaro
Obregón, se localiza la única tienda del pueblo que vende zapatos y bolsos para
damas, tiene una lona de plástico en la cual promociona lo que vende y se
encuentra abierta desde la mañana.
Fotografía de la
Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz (2019, Juan Sarabia)
Un elemento importante para la población de
Juan Sarabia, son las 2 bocinas informativas que se encuentran sobre la avenida
principal del pueblo. Están instaladas en el techo de una casa de concreto de
color blanco, rodeada de 9 palmeras y a un costado de la telesecundaria. Son
utilizadas exclusivamente para dar aviso sobre reuniones o entregas de apoyos,
no anuncian venta de alimentos como fue el caso de Uh-May.
Fotografía de la
Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz (2019, Juan Sarabia)
Enfocándonos
en los servicios educativos, la localidad cuenta con el Jardín de Niños “Bertha
Von Glumerla” y se ubica a unos cuantos metros de la casa ejidal. A nivel
infraestructural cuenta con tres salones pintados de blanco y con orillas en
rojo, su entrada principal es una reja de colores: rosado, azul, amarillo,
morado, rojo, verde y azul cielo. Las instalaciones están resguardadas por
bardas de concreto y mallas hexagonales de aluminio; y únicamente existe el
turno matutino.
Fotografía de la
Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019, Juan Sarabia)
La
escuela primaria “Paulino G. Navarro” se localiza sobre la calle Venustiano
Carranza, a un costado de la biblioteca “Jorge Acevedo Marín”. Sus
instalaciones están protegidas por mallas de herrería de color blanco. Los
salones son 7, de concreto y pintados en color anaranjado con blanco. Tiene una
plaza cívica principal, áreas verdes y un desayunador, el cual se diferencia,
porque está construido con madera y techo de láminas rojas con tejas; en la
entrada de este espacio se lee “Desayunador Escolar: Niños Felices” y las
clases únicamente se imparten en la mañana. Es común ver en su entrada
principal y a un costado de los salones a dos mujeres acomodar una mesa de
plástico, sobre la cual colocan diversos productos como: paletas, chocolates,
mazapanes, fruta y verdura picada y una nevera con jugos o refrescos, para
vender a los niños y niñas durante el recreo y a la hora de la salida.
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019,
Juan Sarabia)
La
escuela telesecundaria se llama “Las Américas” y se localiza sobre la avenida
principal, exactamente en frente de la cancha de futbol del poblado. Está
rodeada de forma intercalada con bardas de concreto en color anaranjado y
mallas de herrería en color blanco. Las áreas verdes que se observan en el
interior de la telesecundaria, cuentan con una diversa vegetación, como árboles
y palmeras. También hay una plaza cívica, una cancha de voleibol y únicamente
imparten clases de este nivel por la mañana y finalizan entre la 1:30 p.m y
2:00 p.m. Estas mismas instalaciones, son utilizadas para dar clases a los
alumnos de nivel medio superior, por ello en las tardes se convierte en
“Tele-bachillerato Comunitario Juan Sarabia” y las clases inician entre las
2:00 p.m. o 2:30 p.m.
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019,
Juan Sarabia)
A nivel superior, el ejido de Juan Sarabia
cuenta con el Instituto Tecnológico de la Zona Maya, el cual se localiza a las
afueras del pueblo, sobre la carretera federal 186. Su construcción es de
concreto, está rodeada por una barda del mismo material peo en color blanco. En
la entrada principal se encuentran unas rejas en color blanco, una caseta en
donde siempre hay algún personal de vigilancia. Cuenta con un estacionamiento
que abarca toda la fachada y algunos edificios de dos niveles de alto. La oferta
educativa consiste en: Maestría en Agro ecosistemas sostenibles, Ingeniería en
Agronomía, Ingeniería en Gestión Empresarial, Ingeniería Forestal e Ingeniería
en Informática.
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019,
Juan Sarabia)
Con
respecto a los servicios de salud, la comunidad cuenta únicamente con un centro
de atención médica, el cual se localiza sobre la avenida principal de pueblo.
Es atendido por una doctora de lunes a viernes, en un horario de 8:30 de la
mañana a 2:00 de la tarde. Nos explicaron que la atención se da por medio de
citas agendadas y si en algún momento la doctora no se encuentra, quien se
encarga de dar consulta a los pacientes en la enfermera en turno. Sin embargo,
si tienen ciertos limitantes, algunas personas explicaron que cuando no
alcanzan cita, se ven en la necesidad de viajar a la ciudad de Chetumal o a
algún otro centro cercano, para poder recibir el servicio médico.
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019,
Juan Sarabia)
La
Casa Ejidal, se encuentra sobre la calle Venustiano Carranza, se observa un
deterioro en su estructura, pintura que se está desprendiendo por la resequedad
que ocasiona el sol. En la orilla del techo de encuentra la frase: “Casa Ejidal
Juan Sarabia” manchada a causa del agua que escurre cuando llueve y la puerta
es de madera, asegurada con una cadena y candado. Durante el trabajo de campo,
todo el tiempo estuvo cerrada y varios habitantes nos explicaron que siempre se
encuentra así.
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz
(2019, Juan Sarabia)
La
biblioteca ejidal “Juan Acevedo Marín” esta desmantelada, puertas y ventanas
todo el tiempo abiertas y se observa deterioro y abandono en sus instalaciones,
como se mencionó en páginas anteriores, la situación de este espacio público
permanece así desde hace 12 años aproximadamente. Buscando fotografías
antiguas, en google maps, encontramos
que en el año 2012 la fachada de la biblioteca estaba pintada de color verde
claro y en letras negras decía: Exposición Santa Lucía “Caobera y Chiclera” y
encima un letrero pequeño con la palabra: Carpintería y se aprecias las letras
SCQ.
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019,
Juan Sarabia)
Juan
Sarabia cuenta con varios espacios públicos para realizar actividades
deportivas, entre ellos, un campo de futbol, que se encuentra ubicado en frente
de la telesecundaria y tiene unas gradas de concreto para que las personas se
sienten. Abarca exactamente una manzana, por las mañanas es común ver a los
caballos comer el pasto en esta área y algunas personas lo atraviesan caminando
o en motocicleta para llegar a las casas cercanas. A un costado se encuentra,
la cancha de basquetbol, la cual esta descuidada, no tiene pintura, sin
canastas y a un costado de ella, es fácil visualizar la torre de agua del
pueblo. Ninguna de estas canchas tiene alumbrado público, por lo cual si llegan
a ser utilizadas tienen que ser durante el día.
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019,
Juan Sarabia)
Existe
un parque a una cuadra del balneario “El arroyito”, el cual tampoco recibe
mantenimiento, porque la pintura en su mayoría se está desprendiendo en escamas
y tiene manchas de humedad en las bancas, las personas no visitan este espacio,
porque esta descuidado, no tiene juegos infantiles y tampoco alumbrado, por lo
mismo, no lo consideran adecuado para los niños y niñas.
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019,
Juan Sarabia)
En
frente del parque se ubica un vivero, las plantas están dentro de cajones de
unicel y acomodados sobre estructuras de metal, todo está cubierto con
pabellones negros y rodeado con mallas de metal. A un costado, se encuentran
unas oficinas, en la entrada principal en letras negras se encuentra lo siguiente: DELEGACIÓN JUAN SARABIA. Las cuales,
estuvieron todo el tiempo cerradas, nadie se encuentra proporcionando
información y platicando con la población en general, nos explicaron que antes
únicamente eran utilizadas para entregar varios apoyos, entre ellos el de
prospera; pero actualmente casi no se reúnen para estos servicios, porque la
población dejo de recibir varios de ellos, como el de los adultos mayores.
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019,
Juan Sarabia)
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz
(2019, Juan Sarabia)
El
balneario “El arroyito” está a orillas del Rio Hondo, tiene un restaurante en
el que ofrecen a los visitantes comidas y bebidas, también hay palapas en
renta, puentes y escalera de madera para que las personas puedan sentarse y
meterse a las aguas del rio. Generalmente es en este espacio, en donde se
escucha música a volumen alto, a personas comiendo y bebiendo en el
restaurante, a niños del poblado pescando y a otros únicamente acostados escuchando
a la naturaleza. También a una distancia de 5 metros de la orilla, hay un cerco
de alambre que divide un área que es propiedad privada, en la cual se pueden
ver palapas y baños. Asimismo, se observan letreros de madera a colores en lo
que se lee los siguientes servicios:
·
Tours en
lancha
·
Tours en
kayak
·
Camping
·
Avistamiento nocturno de cocodrilos
·
Bungalows
También,
hay letreros en cartulina, tablas de madera o lonas, en los cuales hacen
referencia a evitar tirar o dejar basura y con mensajes para concientizar sobre
el cuidado del medio ambiente. Sobre los servicios turísticos, en específico
los recorridos en lancha y Kayak, el subdelegado de Juan Sarabia, nos explicó
que ya no existen, porque hubo problemas con la persona que ofrecía estos
servicios, esto mismo ha originado que el turismo disminuya.
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz
(2019, Juan Sarabia)
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz
(2019, Juan Sarabia)
En
Juan Sarabia, sólo hay una Iglesia Católica “Cruz Misionera de la Fe”, el
edificio es de concreto, pintada de color verde agua-marina, con puertas y
techo en color blanco. A un costado de la entrada principal, hay una cruz de
concreto que tiene grabado los años 2012, 2013 y el nombre de la Iglesia. Esta
bardeada con mallas de metal oxidadas y tiene dos columnas de concreto que
sostienen una reja de color negro. Por las mañanas se encuentra cerrada, sus
actividades generalmente se realizan por las tardes, después de las 4 p.m.
También,
ubicamos otros templos de diferentes puntos del pueblo, entre ellos el de los
Testigos de Jehová, el cual es de concreto, pintado en color blanco con orillas
en rojo, esta resguardado con un cerco de aluminio en color gris. En un
cuadrado de color azul, se observan en color blanco los días y horarios de
actividades, así como las siguientes letras: JW.ORG
El
templo “Be-thel”, en su entrada hay un marco en forma de un arco de color
blanco, en el cual en letras blancas se lee: Bienvenidos. Es de concreto en
color blanco, tiene a un costado un tinglado de madera pintado de color azul
con techo de lámina y un área verde con algunas plantas y sus actividades son
por la tarde.
El
“Templo red de iglesias cristianas evangélicas del STE y zona del Caribe. S G A R. 2323/98” también tiene su
infraestructura de concreto, es de un solo nivel, en color blanco y con marcos
naranjas en puertas y ventanas. El acceso principal es una puerta negra de
herrería con alcatraces el mismo material y a un costado un pequeño jardín, se
encuentra sobra una calle que es totalmente de terracería y al igual que en los
demás templos, sus actividades se llevan a cabo en las tardes.
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019,
Juan Sarabia)
Los
recorridos que realizamos, nos permitieron identificar que, dentro del pueblo,
los habitantes se trasladan principalmente en motocicletas, pero sin la debida
protección, no usan cascos. Otro porcentaje, se traslada en camionetas y en la
parte de atrás de las mismas, generalmente llevan herramientas de trabajo:
palas, picos, carretas y cubetas. Un porcentaje menor, se mueve a pie y
generalmente usan gorras o paraguas para protegerse de los rayos del sol.
Algo
distintivo de Juan Sarabia, es el alto porcentaje de volquetes, es común ver en
la mayoría de los hogares, mínimo uno de estos medios de carga estacionado. En
referencia a esto, la población explicó que una actividad laboral primordial
del pueblo, es el banco de piedra, la mayoría de los hombres trabajan en él y
forman parte del sindicato de “21 Volqueteros”. Es un material con un alto
nivel de demanda, porque se requiere para una gran variedad de construcciones
en diferentes puntos del Estado de Quintana Roo, al mismo tiempo, es sumamente
valorado por la gente, afirman que les ayuda a tener visibilidad, para no
quedar totalmente en el olvido, porque son el único pueblo con un banco de
piedra. También, es importante mencionar que algunas personas en menor
porcentaje, se dedican al chapeo de terrenos, trabajo que consideran sumamente
pesado y mal remunerado, pero que lo importante es llevar dinero a la familia.
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz
(2019, Juan Sarabia)
Dentro
de las dinámicas sociales, durante el día se logró ver a grupos de hombres
trabajando en la construcción de casas, bardas, cuartos o mejoramiento de
estructuras. Durante el recorrido de campo, en la mayoría de las calles de Juan
Sarabia estaban realizando el cambio de tuberías, dichas labores eran
efectuadas por habitantes del pueblo que fueron contratados; es decir, que no
buscaron gente de otros lugares, les dieron prioridad a los locales.
Además,
se observó a los caballeros dirigirse a las afuera del pueblo para llegar al
“banco de piedra” así le llaman al espacio que ocupan para trabajar la piedra que
trabajan para algunas empresas de construcción, el cual se encuentra en las
afueras de la comunidad.
Por las mañanas, se observa principalmente a
los adultos mayores acostados en hamacas, en los patios de las casas y otros se
dedican a cargar madera o coco. Mientras los niños y jóvenes se encuentran en
la escuela, las mujeres realizan actividades del hogar: cocinar, limpieza de la
casa y el lavando se lleva a cabo generalmente los martes, justamente este día
fue cuando se apreció a las mujeres enjuagando ropa y tendiéndola en sogas del
patio.
Además,
son generalmente los adultos, quienes llevan y van a buscar, a los niños y
niñas al kínder y la primaria. Se observó que el horario de clases es de 8 a.m.
a 12:00 p.m. para preescolar y a nivel primaria es de 7:00 a.m. a 12:30 p.m.
Los adolescentes y jóvenes que asisten a la secundaria y preparatoria, llegan
solos, pero al finalizar sus clases se retiran en grupos.
Los
únicos espacios en donde existe mayor interacción entre los habitantes de todas
las edades, son los templos e iglesias, en particular en las tardes cuando se
realizan las actividades de fe. Aparte de esto, no se encontró ningún otro
lugar, en las escuelas y tiendas únicamente para lo indispensable. Fuera de
ello, las personas permanecen la mayor parte de su tiempo en sus trabajos y en
sus casas, siempre con puertas y herrerías cerradas; esto posiblemente se deba
a la falta de un DOMO, de lo cual hablaremos más adelante.
Otro
elemento característico de Juan Sarabia son sus rancherías, las cuales se
ubican al final de la calle Venustiano Carranza, visualmente son fácil de
localizar, porque sus cercos abarcan grandes extensiones de tierra, tienen una
altura aproximadamente de 1.80 metros y las calles para accesar a esta área son
de terracería. En su interior se observa una variedad de árboles ubicados
estratégicamente para que los animales descansen y se cubran del sol. Se
observó un tinglado de madera con techo de lámina, en donde están los
contenedores (piletas) de agua y alimento para el ganado y caballos. También
hay maquinaria, en específico tractores agrícolas, una casa de madera y tinacos
llenos de agua con los cales abastecen las piletas. El olor a tierra mojada y
excremento es penetrante; los animales andan libremente en el interior de las rancherías
y siempre hay un vigilante cuidando de todo el lugar.
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019,
Juan Sarabia)
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz
(2019, Juan Sarabia)
Sobre
la seguridad, las personas encuestadas y entrevistadas nos explicaron que son
muy unidos en ese sentido, se cuidan entre vecinos, si alguien intenta
perturbarlos y afectarlos, se unen para sacarlo del pueblo. Aunque no cuentan
con policías o algún tipo de personal de vigilancia, en la comunidad no existen
robos ni asaltos. Afirman que tienen mucha seguridad y confianza porque todos
se conocen; esto lo comprobamos, porque en varias ocasiones nos percatamos que
una de las señoras que vende botanas y dulces afuera de la escuela primaria, deja
sus cosas y cruza a su casa, no tiene ninguna preocupación porque le roben. Sin
embargo, algunos habitantes, expusieron otro punto de vista, al señalar que
Juan Sarabia es conflictivo y envidioso, que no existe unión entre pobladores e
incluso visualizan a su pueblo como descuidado.
Sobre
las autoridades, la población en general coincidió en varios puntos cuando les
preguntábamos sobre ellos. Señalaron que el subdelegado y el comisario ejidal
nunca están en las oficinas, que siempre se encuentran en sus casas. En el caso
del subdelegado, la población no recuerda su nombre, porque es mayormente
conocido con el apodo de Coqui. “Don Coqui”, es el encargado de limpiar el Rio
Hondo, levanta la basura que dejan los visitantes en el balneario, asimismo,
descubrimos que también es el encargado de vender la gasolina a la gente del
pueblo. Platicando con él, nos informó que en enero del 2019 fue cuando
adquirió el cargo, y en sus planes del próximo año, está el colocar letreros de
madera con el nombre de las calles, porque en palabras de él, luego no sabe
sobre qué calle se encuentra y darle popularidad a un arroyo con tres ojos de
agua, que se encuentra a 600 metros de distancia de la avenida principal, sobre
la calle Reforma.
En
Juan Sarabia es común ver a hombres conduciendo sus motocicletas y sonando el
claxon, en la parte de atrás llevan siempre neveras, en su interior están las
tortillas que venden a las personas. Durante las caminatas en todo el pueblo,
no encontramos ningún molino o tortillería; posiblemente los repartidores
lleguen de alguna comunidad vecina porque en un par de ocasiones los vimos
entrar y salir del pueblo.
El
acercamiento a la población, permitió conocer las problemáticas actuales, nos
informaron que existe mucho favoritismo por parte de las autoridades para
otorgar apoyos, es decir, que no llega a toda la población, porque en el caso
del comisario ejidal primero ayuda a su familia y después toma en cuenta la
situación de las demás personas. Por otro lado, algunos nos aseguraron que los
apoyos del gobierno únicamente se los otorgan a los ejidatarios, excluyendo a
los repobladores. De igual manera, puntualizaron que existe injustica con el
pago del servicio de agua, porque los ejidatarios pagan una tarifa fija de 25
pesos, mientras que el resto de la población paga un mínimo de 130 pesos,
aunque no tengan el servicio; han solicitado explicación sobre este pago
abusivo, pero no obtiene respuesta.
Con
respecto al programa de “Sembrando Vida” también nos señalaron que únicamente
llegó para los ejidatarios. En contraste, otras personas nos informaron que ya
se encuentran sembrando maíz, por medio de este programa, que el apoyo fue para
el que quisiera, en ningún momento fue exclusivo de ejidatarios, por el
contrario, no aplicaron distinciones.
Como se
mencionó antes, en Juan Sarabia se realizó el cambio de tuberías que tenían una
antigüedad mayor a los 50 años. Sin embargo, aunque la mayoría de la población
define a esto como algo muy bueno, también nos encontramos con situaciones
delicadas de personas quienes manifestaron cierto disgusto, porque las
instalaciones de las nuevas tuberías no llegaron a todos los habitantes, hay
quienes no cuentan ni con el servicio y se ven en la necesidad de tener siempre
almacenada su agua en tambos, incluso tienen que pagar por algo que no reciben, han hablado
con las autoridades y sólo les dicen que están en proceso de examinar la situación,
su molestia es tanta, que están contemplando el viajar a la capital del Estado
y presentarse en las oficinas de Contraloría para informar sobre lo que está
ocurriendo.
Para
finalizar, es indispensable destacar que el problema de la basura también se
hace presente en esta localidad, es frecuente ver en todas las calles que hay
plásticos y papeles, no se encontraron contenedores públicos. Se hallaron una
cantidad considerable de botellas de bebidas alcohólicas tiradas por todo el
pueblo, desde la cancha de futbol hasta en los alrededores de iglesias, templos
y escuelas; incluso se presenció a varios habitantes comprarlas en las tiendas
desde las 10:30 de la mañana.
Antrop. Veronica Llerenas Trejo y Antrop. Amayrani Jesús Muñoz Ramirez
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