X-pichil
tiene elementos particulares, los cuales juegan un papel importante en la vida
de sus habitantes, por lo cual, la descripción y el análisis etnográfico fueron
indispensables para lograr un entendimiento sobre las condiciones actuales de
la localidad y cómo estas se reflejan a nivel social, económico y cultural.
Lo
primero que debemos explicar, es que en el desvió que comunica hacia la entrada
de X-pichil se puede apreciar un letrero en el cual aparece una niña vestida
con hipil, el nombre de la localidad y haciendo referencia que son una
comunidad de artesanos, porque cuenta con varios talleres, que se dedican a
elaborar diversas prendas, desde hipiles, ternos, servilletas, camisas y otras
prendas, hechas a mano por habitantes locales.
Después
de unos 6 kilómetros, se visualizan las primeras casas del pueblo y un letrero,
de aluminio, pintado en color verde, con letras en color blanco la palabra
X-pichil. Un elemento, que en primera instancia llamó nuestra atención, fue que
todas las calles del pueblo cuentan con señalamiento, si bien no se aprecia el
nombre de ellas, si son visibles todas las indicaciones de topes, áreas
escolares, nivel de velocidad en que se
debe conducir, de precaución, etc. Además de esto, únicamente las calles que
rodean la escuela secundaria, cuentan con divisiones de la carretera y pintadas
en color blanco.
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz
(2019, X-pichil)
A unos
100 metros de la entrada del pueblo se encuentra el único centro de salud de la
comunidad. Es una estructura de concreto, pintada en color blanco y decorada en
las orillas en color aguamarina. Además de esto, también es posible apreciar,
que tiene rotulados los nombres de las dependencias a las cuales pertenece el
centro de salud, el logo del gobierno del Estado de Quintana Roo y una lona con
la imágenes de unos jóvenes y frases sobre la educación sexual. Durante el
trabajo de campo, observamos que el centro de salud tiene sus puertas abiertas
durante la mañana y la tarde, sin embargo, también fue posible apreciar que la
gente local no asistía a dichas instalaciones.
Fotografías de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo
(2019, X-pichil).
Durante
las entrevistas, algunos habitantes nos explicaron que no cuentan con un
servicio médico de calidad y tampoco con suficientes medicamentos. Esto mismo
origina que se vean en la necesidad de viajar a otras ciudades, como Felipe
Carrillo Puerto, Chetumal o Mérida para poder recibir la atención necesaria.
Sin embargo, esta situación les conlleva un gasto extra en su economía. Además,
mencionaron que en varias ocasiones les han condicionado el poder recibir
atención médica; si la persona no acepta a participar en la limpieza del centro
de salud, entonces no les permiten consultar y tampoco reciben sus
medicamentos. Es en este punto, donde insisten en solicitar una supervisión de
las autoridades para que se den cuenta de la realidad a la que se enfrentan los
pobladores de X-pichil, porque les están negando un derecho que es muy
importante para ellos.
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz
(2019, X-pichil)
En la
zona centro del pueblo se localiza el parque, el cual está integrado por
diversas áreas, la primera de ellas es una pequeña plaza en donde se ubican
varias bancas de cemento, pintadas en
color blanco con líneas en color pistache, están ubicados estratégicamente bajo
las sombras de los árboles, en ellos es común ver a los jóvenes del colegio de
bachilleres descansando y platicando, también a algunos campesinos que deciden
recargar energía después de su trabajo en la milpa. A unos cuantos metros, se
encuentra el quiosco y es frecuente ver que los jóvenes también se reúnen en
este espacio, generalmente para platicar y escuchar música.
Fotografías de la Antropóloga Amayrani Jesús
Ramírez Muñoz (2019, X-pichil)
Enfrente
del domo se ubica el kiosco el cual es ocupado por los jóvenes de la
preparatoria después de clase para platicar. Alrededor del kiosco hay unas
bancas hechas de cemento pintadas de blanco, con líneas de color pistache. Y
hay un área de jardín elaborado por los jóvenes y hay un mural con las
siguientes frases: “Jardín botánico”, “Gracias a mi respiras, cuida de mí, soy
parte de ti”, “sal de tu ¼, el ½ ambiente te necesita entero” “Hagamos
conciencia”. También, tiene dibujos de un planeta, hongos, flores, el logo del
colegio de bachilleres y el del Gobierno del Estado.
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019,
X-pichil)
Igualmente,
en el área que comprende el parque central, se localiza el Domo, el cual desde el primer momento en que se ve, se
aprecia su constante mantenimiento, es un área limpia, el techo tiene láminas
de aluminio en buenas condiciones, con gradas de metal pintadas en color blanco,
la cancha de básquetbol cuenta con canastas y las marcas del área pintadas con
líneas en color amarillo, los estudiantes del Colegio de Bachilleres ocupan
esta área para realizar sus actividades deportivas y para tomar su hora de
descanso correspondiente dentro de su horario escolar. Además, por las tardes
este espacio también es utilizado por otros pobladores para llevar a cabo
partidos de futbol o basquetbol y en las orillas de las banquetas, se
encuentran dibujos y mensajes que hacen referencia a la paz. Además, a un
costado del Domo, se localiza un puesto de comida, en el cual estudiantes y
maestros asisten para desayunar.
Fotografía de la
Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz (2019, X-pichil)
Fotografía de la
Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019, X-pichil)
Otra
de las zonas del parque central, es un pequeño establo cercado de madera, en
donde encontramos a unos monos pequeños amarrados a una de las tablas. Muy
cerca de él, estaba instalada una carpa en color azul y una casa rodante, observamos
que había una familia realizando sus actividades cotidianas (tendiendo ropa y
comiendo). A unos cuantos metros de distancia, se encuentra un cartel, en el
cual es posible ver el mapa de la localidad, cómo está dividido y en particular
señala la ubicación de los 7 talleres familiares de artesanías.
Fotografías de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz (2019, X-pichil)
Fotografía de la
Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019, X-pichil)
Enfocándonos
en los servicios educativos, en X-pichil cuentan con el Jardín de niños
“Guadalupe Victoria”, el cual está integrado por varios salones de concreto,
pintados en color marrón con orillas en color blanco, tiene una plaza
principal, en la cual se realizan las ceremonias cívicas y en la hora del
recreo los niños también pueden jugar en este mismo espacio, hay áreas verdes
con varias plantas. Todas las instalaciones están resguardada por una barda de
concreto, pintada de color blanco y con una altura aproximada de 2 metros. La entrada
principal del kínder es una reja de metal pintada de colores, con escaleras y
una rampa y justo en frente del kínder esta un paso peatonal, el cual otorga
preferencia al paso de las personas y al mismo tiempo es indicador para que los
conductores reduzcan su velocidad. Las clases se imparten únicamente en el
turno matutino, siendo la hora de entrada a las 8 de la mañana y la hora de
salida a las 12:30. Por ello, es común ver a los adultos reunidos platicando
entre ellos, mientras observan que los niños entran a los salones o saliendo de
ellos, para ir a sus hogares.
Fotografías de la Antropóloga Amayrani Jesús
Ramírez Muñoz (2019, X-pichil)
La
escuela primaria “Josefa Ortiz de Domínguez” también tiene una infraestructura
de concreto, con salones pintados de color blanco con marrón, puertas y ventanas
de madera. Una plaza cívica, baños y áreas verdes. Todo se encuentra rodeado
por una barda de concreto, también pintada en color blanco. La entrada
principal es una herrería de color negro, hay un pasillo en donde generalmente
los niños se quedan a esperar a sus padres, y en una de las paredes está
dibujado un niño con un lápiz, a un lado está escrito un recordatorio que dice
lo siguiente: “No olvides decir… buenos días (ma´alob k´íin), gracias (Nib´oolal),
por favor (Bet uts). El horario de clases que se imparte es matutino de 7:30 de
la mañana a las 3:30 de la tarde. Algunos niños y niñas llegan o se retiran
acompañados de algún adulto, pero por lo general lo hacen solos o en grupos de
compañeros; se observó que la población tiene la confianza de que los infantes
anden solos; detectándose tres motivos principales: es un lugar pequeño y
tranquilo, todos los habitantes se conocen y la delegación con personal de
seguridad se encuentra cercana a la primaria, solo se necesita atravesar el
parque principal para llegar a las oficinas.
Fotografías de la Antropóloga Veronica
Llerenas Trejo (2019, X-pichil)
La
secundaria “Gral. Rafael E. Melgar” está integrada por salones y oficinas de
concreto, pintadas en color mostaza con el techo pintado en color marrón, tiene
una plaza cívica en la cual también hay alumbrado para las noches; atrás de los
salones están las áreas verdes con una variedad de árboles; y esta escuela se
caracteriza porque está rodeada de herrería en color blanco, lo que permite ver
desde la calle de enfrente el interior de la secundaria, además de esto, en las
calles circundantes a la escuela, se aprecia que recibieron mantenimiento
recientemente y por sus señalamientos en color blanco, la población
popularmente les dice: las calles blancas.
Fotografía de la
Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019, X-pichil)
X-pichil
cuenta con instalaciones del Colegio de Bachilleres, y se llama “EMSAD
X-PICHIL” ubicados exactamente en frente del Domo del pueblo y a un lado de la
alcaldía. Está compuesto por 6 salones y dos de ellos son oficinas, uno de la
coordinación y el otro de la dirección. No cuenta con áreas verdes ni plaza
cívica, es precisamente por esto, que el personal y los alumnos hacen uso del
Domo para diversas actividades. Las clases son únicamente por la mañana;
conversando con algunos jóvenes nos explicaron que cuentan con servicio de
internet, pero únicamente dentro de las instalaciones de la escuela, gracias a
una antena, pero fuera de ella, si desean contar con él tienen que realizar un
pago, en alguno de los dos cibers del
pueblo, el costo va de los 10 a 20 pesos; es así como logran tener acceso a sus
redes sociales. Sin embargo, la señal telefónica no la tienen, por lo cual, si
desean realizar alguna llamada o mensaje de texto normal, tiene que salir del
pueblo; aunque los jóvenes mencionaron que ya se acostumbraron a vivir así;
coinciden con la demás población que necesitan una antena que les permita tener
señal telefónica libre para una comunicación amplia y que por ende su gasto
económico sea menor. Precisamente sobre esta temática, una mujer de 50 años
explicó que, si contaran con la señal de teléfono, sería más fácil comunicarse
y realizar muchas cosas, porque estar pagando $10 o $20 para usar del internet,
a veces se les dificulta, porque no siempre tienen para tener para darles a sus
hijos e hijas.
Fotografía de la
Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz (2019, X-pichil)
Fotografías de la Antropóloga Veronica
Llerenas Trejo (2019, X-pichil)
El
turno escolar del bachillerato finaliza aproximadamente a las 3 de la tarde, es
precisamente a esta hora cuando los jóvenes se dirigen a sus hogares, otros se
quedan a platicar en el parque, a escuchar música con sus celulares y algunos
se van a las paradas de las combis que están cercanas al Domo, para regresar a
su comunidad, siendo uno de los destinos el poblado de Filomeno.
El
recorrido de trabajo de campo, también nos permitió identificar otro elemento
distintivo de X-pichil, se trata de una comunidad en donde la creencia por las
tres cruces y la religión católica es muy latente, a tal punto, que únicamente
existe una iglesia católica. Se ubica exactamente en frente del parque
principal. Es una construcción de concreto con una altura aproximada de 7
metros, pintada de color blanco y en su techo se aprecia la presencia de tres
cruces, tiene puerta de madera en color azul, una campana a un costado de las
cruces, tiene un tinglado con techo en láminas de zinc y rodeado por una barda
de aproximadamente un metro y medio de altura. No se encuentra abierta al
público las 24 horas del día. Los habitantes nos explicaron que generalmente
por las tardes es cuando ya se permite el acceso y en días especiales, como los
domingos o fechas particulares. La observación ayudó a identificar que
generalmente entre las 4 o 5 de la tarde se veía a personas caminar con ollas y
platos que contenían comida en dirección a la iglesia. Preguntando a una mujer
del pueblo, nos explicó que son ofrendas que se llevan a las tres cruces. En
todo el pueblo no se encuentran templos o iglesias de otras religiones, y esto
claramente distingue a X-pichil, de Uh-May y Felipe Carrillo Puerto,
comunidades también pertenecientes a la Zona Maya.
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz
(2019, X-pichil)
La
comunidad cuenta con 5 tiendas de abarrotes, entre ellas una llamada “La
popular” que se encuentra cerca al parque principal y en la cual es común ver a
los hombres platicando a fuera de sus instalaciones. Además, se localizaron dos
tiendas comunitarias, las cuales se distinguen por tener un cartel con la
palabra SEDESOL y porque su fachada está pintada con los colores blancos, gris
y rojo, se caracterizan porque los productos que venden son a un menor costo comparado
con las otras tiendas.
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz
(2019, X-pichil)
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019,
X-pichil)
Como
se mencionó anteriormente, a un costado del Colegio de Bachilleres, se
encuentra la delegación, la cual esta integraba por varias oficinas, una de
ellas es el registro civil. Inician actividades por la mañana y finalizan
aproximadamente a las 4 de la tarde; sin embargo, el personal de la policía,
permanece en su sitio, y se encarga de vigilar el área, además realiza
recorridos por todo el pueblo en su patrulla. Se aprecia que tiene armonía con
la población, cuando la gente pasa caminando por esta zona, siempre dedican un
saludo y otros se acercan a conversar un momento con él.
Enfocándonos
en las casas de la población, existe una diversidad de estilo y materiales en
su construcción, encontramos las tradicionales mayas con huano y bajareque;
otras que eran una mezcla con cuarto construido de piedra o concreto, pero
preservando el techo de huano, finalmente están las que son 100% urbanizadas,
totalmente de concreto, bloques, cabillas, con herrería en ventanas o puertas;
pintadas en una gran gama de colores.
Fotografías de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz
(2019, X-pichil)
Aun
siendo visibles estas diferencias, hay un elemento que es constante en todos
los hogares y son los patios o jardines, con flores, plantas medicinales y
árboles frutales, que les proporcionan frutos para su consumo; fue así como apreciamos
la presencia de calabaza, limones y jícaro, este último otorga un fruto a
partir del cual elaboran la jícara, la cual es un utensilio empleado para beber
o comer.
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019,
X-pichil)
La
mayoría de los hogares, cuentan con el servicio de electricidad en sus
terrenos; únicamente en las áreas donde se ha ampliado el pueblo recientemente no
hay el servicio de electricidad. Al
igual que en otras comunidades, se encuentra presente la problemática del
alumbrado público; nos comentaron algunos entrevistados que hay calles que
quedan completamente en la oscuridad y no les han dado una solución, aun cuando
lo han informado a las autoridades pertinentes del poblado.
Con
respecto a las calles, sólo las principales cuentan con pavimentación, siendo
estas las de la zona centro y las circundantes a las instalaciones escolares;
de igual forma, se identificó que hay zonas del pueblo en donde la
pavimentación ya se encuentra desgastada y hay marcas de futuros baches; otras
áreas son completamente de terracería y brechas.
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019,
X-pichil)
En
cuanto a la dinámica de transporte, para salir de X-pichil únicamente es de 2
maneras: transporte público: Taxi y combi que cobran 50 pesos por persona, si
uno se dirige a la ciudad de Felipe Carrillo Puerto. Los servicios de estos
medios de transporten inician a las 5 de la mañana y en el caso de las combis,
terminan su servicio a las 6 de la tarde. Cuando van a salir del pueblo,
algunos realizan un recorrido por las calles del pueblo y otros permanecen
parados cerca del domo; pero todos hacen sonar el claxon para avisar a la
comunidad de su próxima salida; la mayoría se dirige a la ciudad de Felipe
Carrillo Puerto; hay taxis de X-pichil, Chunhuhub y FCP.
La
segunda forma de salir de la localidad, es por medio de transporte particular:
coches o motocicletas. Dentro del pueblo, es común ver a la gente trasladarse
mayormente caminando, otros en bicicleta o triciclos; en un porcentaje muy
bajo, lo hace en motocicleta o coche, porque las distancias son relativamente
cortas.
Sobre
las actividades del día a día, es común ver que las mujeres apoyan en las
actividades que principalmente realizan los hombres; varias de ellas participan
en desmontar hierba, quemar basura o chapear los patios y alrededores de las
casas. También ocurre a la inversa, es decir, los hombres colaboran en las
actividades que décadas atrás eran exclusivas de las mujeres; se puede ver a
muchos de ellos preparando la comida, cuidando a los hijos, proporcionando mano
de obra en la elaboración de artesanías; en particular en uno de los talleres
familiares, nos explicaron que antes eran únicamente mujeres, pero ahora hay 4
hombres.
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019,
X-pichil)
Este
cambio se debió principalmente por cuestiones económicas, se ven en la
necesidad de enseñar a los hombres del hogar la actividad del bordado, porque
algunas veces el tiempo no les alcanza para tener todos los encargos listos.
Con la incorporación de los hombres a esta actividad, también se obtuvo una
mayor comprensión por parte de ellos, porque ahora ven y experimentan el
esfuerzo y dedicación que conlleva la elaboración de las distintas prendas. Abordando
precisamente este tema, en X-pichil hay exactamente 7 talleres artesanales,
distribuidos por todo el pueblo y son los siguientes: Tumben Meyaj, Chac Nic-te, Chuy-K'ab, Lool Hà, Lol Chuy, Lol Pich, Lool nicte.
Fotografías de la Antropóloga Veronica
Llerenas Trejo (2019, X-pichil)
Es
en este punto, donde resulta pertinente hacer referencia a la explicación que
nos proporcionó una antropóloga de Felipe Carrillo Puerto. Ella señaló que los
programas que actualmente lleva a cabo el gobierno federal, establecen como
requisito que hombres y mujeres trabajen en conjunto, de no ser así no se
entregan los apoyos correspondientes.
Tomando
en cuenta estas explicaciones del involucramiento de hombres y mujeres en las
mismas actividades, también se logró ver durante el trabajo de campo que esto
se hace presente en el programa de Sembrando Vida. Aproximadamente a unos 200 o
250 metros del cementerio del pueblo, se instaló una especie de vivero, ahí
llegaron hombres y mujeres caminando, en bicicleta o triciclo. Se acercaron a
las jóvenes que tenían playera roja que decía “Sembrando vida”, les pedían sus
datos y los registraban en unas hojas; posteriormente les entregaban cierta
cantidad de plantas para ser sembradas. Al recibirlas se retiraban a sus
hogares o se dirigían directamente a los terrenos en donde los sembrarían.
Platicando con una de las mujeres que resulto beneficiada del programa, expresó
su entusiasmo por haber sido tomando en cuenta y explicó que la invitación fue abierta
a toda la población, no fue exclusivo para ejidatarios.
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019,
X-pichil)
Sobre
la dinámica social también se logró identificar que a partir de las 4 de la
tarde, son principalmente los hombres quienes acostumbran a reunirse para
platicar en alguna esquina, incluso varios de ellos llegan en bicicleta, las
dejan en las banquetas y se dirigen al grupo, en palabra de ellos para “pasar
tranquilamente la tarde”.
Igualmente,
en esas horas del día se observa a los niños andar en sus bicicletas y jugando
entre ellos, esto después de haber finalizado sus clases. Conforme se va
ocultando el sol, entonces se dirigen al parque central, en particular a un
área donde hay juegos infantiles, como resbaladillas y columpios, la cual esta
rellenada con arena.
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz
(2019, X-pichil)
Finalmente,
importante destacar que no existe un horario especifico, en el que se lleve a
cabo las actividades del bordado. En varias ocasiones se logró ver que algunas
mujeres además de estar atendiendo, por ejemplo, la papelería o tienda de
abarrotes, suspendían momentáneamente su bordado para atender al cliente, y
cuando se retiraba la persona lo retomaban; otras lo realizan en sus hogares,
intercalándolo con las labores domésticas. Por último, es generalmente por las
tardes cuando se aprecia el incremento en el flujo vehicular, esto por el
regreso de varios habitantes de alguna diligencia que realizaron desde temprano
o porque han terminado sus actividades laborales.
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019,
X-pichil)
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